Historia

Cuando la primera semana de octubre de 2007 decidimos estrenar en México un salón de alta relojería, nuestro mercado llevaba preparándose para ello durante años sin saberlo. El tercer milenio se había estrenado con una alianza de libre comercio entre México y Suiza, y las ventas de relojes llevaban siete temporadas creciendo a dos dígitos.

El Salón Internacional Alta Relojería (SIAR) nació alto de miras y con el don de la oportunidad en tiempo y espacio. Debutó con las 38 marcas que en ese momento tenían que estar. Eran casi todas las que contaban con cierto protagonismo en el mercado y los más respetables creadores independientes: Richard Mille, Greubel Forsey, F.P. Journe y Urwerk, entre otros. Dos leyendas del sector vinieron a brindar por el estreno de México como potencia relojera: Jack Heuer, el veterano presidente de honor de TAG Heuer, y el astronauta Eugene Cernan, que en una abarrotada conferencia de Omega recordó que lo que más le sorprendió de la Luna fue su oscuridad.

El diseñador mexicano-estadounidense Octavio García redescubrió sus orígenes en el primer viaje al SIAR y a partir de entonces regresó en repetidas ocasiones, convertido en una celebridad.

La Fondation de la Haute Horlogerie, la institución más respetada en la difusión de los valores relojeros en el mundo, estrenó su primera conferencia, y Cartier y Chopard constataron que su vena haute- couture había encontrado aquí terreno fértil.

El éxito de aquel primer SIAR cumplió lo que Antonio Seward, director regional de Audemars Piguet en ese entonces, había pronosticado: “Necesitamos un salón no para que nos descubra México, sino para que Suiza nos ponga en el mapa”. Un mes después París estrenó su Salón Belles Montres, tres años después lo hizo Londres con el Salón QP y seis años más tarde Nueva York se sumó a los eventos regionales con Time Crafters. Nos consta que al menos los dos últimos tuvieron al SIAR como el referente de lo que las firmas esperaban: un grupo de marcas de primer nivel, una puesta en escena lujosa y sofisticada, un programa de actividades culturales y el ambiente de privacidad para visitantes compradores de relojes o con posibilidades de serlo.

En estos últimos años han desfilado por los espacios de exhibición del SIAR la mayoría de los directores generales de la industria relojera, los más consolidados creadores como: Giulio Papi, François-Paul Journe, Stephen Forsey, Carole Forestier, Vincent Calabrese, Daniel Roth, Jean-François Mojon, Andreas Strehler, Felix Baumgartner… Se han presentado en público más de 130 marcas, algunas de ellas dadas a conocer por primera vez en Latinoamérica, con los años, cada vez han sido más las firmas que aprovechan el inicio de su temporada alta para presentar sus estrenos mundiales en el SIAR. Sin dejar de lado la presencia en dos de nuestras ediciones de la Fondation du Grand Prix d’Horlogerie de Genève (GPHG) con los grandes premios de la relojería.

 

Así pasó con la última edición del TAG Heuer V4, el Gérald Genta Metasonic, los HM5 y HM6 de MB&F, o la colección completa de Montblanc para 2016 en octubre pasado que atrajo a periodistas de Estados Unidos, Europa y Medio Oriente, además de los de Latinoamérica que habitualmente viajan a México para el evento.

Tan sólo en la edición de 2013 se exhibió por primera vez La Esmeralda, el reloj de bolsillo con tourbillon bajo tres puentes de oro que perteneciera a Porfirio Díaz, la obra maestra del Museo de Girard-Perregaux, computó el mayor número de periodistas acreditados, más de 400, y Vacheron Constantin organizó la primera subasta benéfica a favor del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de un Traditionelle World Time, pieza única para México que duplicó su precio de salida, la edición de 2011 fue la de los récords.

Cifras grandilocuentes que ayudan a poner en perspectiva la envidiable salud del affaire entre la alta relojería y su primer mercado latinoamericano. Pero el salón también ha sido un foro adelantado en el intercambio de las ideas. Philippe Merk, el entonces presidente de Audemars Piguet, advirtió en 2009 en una mesa redonda que la relojería había ido demasiado lejos invadiendo el mercado sin considerar la demanda.

Quince años. Un instante pero un largo aprendizaje. Tres lustros en los que hemos visto a México convertirse, lenta pero seguro, en un mercado de envidiable madurez relojera con el SIAR como foro de celebración. El año pasado nos colamos en el único rayo de luz entre el covado túnel de la oscuridad y fue una inesperada fiesta de supervivencia. En junio el SIAR y su comunidad respondieron como siempre.

Algo presagiaba un SIAR en octubre con buenos resultados. Iba a ser el primer salón con “luz verde desde el inicio de la emergencia sanitaria, y así fue. México, mágico. La XV edición nos dejó un mensaje de optimismo tras la calma de 2020. Reunimos 52 marcas, dieciocho más que en la edición anterior.

Nos ayudó el éxito del año anterior. Nos alegramos de volver a recibir a aliados históricos que no pudieron estar presentes el año pasado: Bulgari, Montblanc, Chopard… También reapareció Breitling, una firma llamada a recuperar su esplendor de los 90, de los 00 en México y largamente ausente. Por primera vez, el Swiss Independent Watchmaking Pavilion (SWIP) participó con un grupo de creadores totalmente desconocidos en México.

Varias tendencias se han consolidado en los últimos quince años y pudimos confirmarlas una vez una vez más. SIAR, una rara avis dedicada desde sus inicios a los clientes finales (#ThinkingAhead… desde 2007), sigue siendo el lugar ideal para presentar y encontrar creaciones superlativas alejadas de la relojería comercial.

El SIAR celebra del 18 al 20 de octubre su decimosexta edición con la sensación de ser un acontecimiento que ha cambiado definitivamente la forma de ver, entender, presentar y consumir relojería en México y Latinoamérica. En un año como éste, el salón mexicano pondrá a prueba el efecto dinamizador que ha jugado en los últimos tres lustros. Una vez más estarán reunidos todos los alicientes en su sede del hotel St Regis de la Ciudad de México. CEOs, directivos mundiales y regionales, directores creativos y maestros relojeros, vendrán al país para disfrutar del entusiasmo de uno de los públicos más conocedores del mundo. Le invitamos a que se una a ellos.

Carlos Alonso
Director General del Salón Internacional Alta Relojería

 

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